Van pasando las horas, los días, las semanas, los meses y los años, sin darte cuenta, te haz sumergido en el abandono de tu propio ser, te has olvidado de tu misión de vida, de tus planes y proyectos divinos, creando una prisión, que te desconcentra y te aleja de vivir el Plan de tu Alma.
Fugándote de tu esencia, apartándote de tu PLAN MAESTRO, te encierras: