Hubo una vez una época, en que las mujeres estaban profundamente conectadas con los ciclos de la luna con las 4 estaciones de Madre Tierra y con los procesos de Vida, Muerte y renacimiento, reconociendo su poderosa ciclicidad femenina, danzaban desnudas en tribu, sintiendo el palpitar del útero de Madre Tierra, resonando en el útero corazón de cada una de ellas conocían los ritmos de la naturaleza y los hacían suyos, convirtiéndolos en expansión, danza, gozo, éxtasis, y movimiento.
Ellas fueron las guardianas de la Carpa Roja, conectaban con el fluir de los ríos, que desembocan en el mar donde elevaban cantos y hacían ofrendas, y así con cada Ciclo Lunar, sabían que la luna movería sus mareas uterinas, y que el caudal de su rio rojo, fluiría recorriendo sus piernas, hasta llegar como una ofrenda sagrada a la tierra, y ahí elevaban su voz hecha canto para agradecer a la tierra.
Ellas, las visionarias, las mujeres medicina, portadoras de una gran medicina en su útero, anidaban dentro de ellas mismas, con la llegada de sus mareas rojas, cuidaban de sí mismas, de la naturaleza, de su tribu y de la Tierra, ese fue el legado de todas nuestras primeras madres, las más primitivas, las más ancestrales, su legado y memoria aún corre por nuestras venas y seguro correrá por las venas de tus hijas.
Es tiempo de Volver a Conectar con nuestra Ciclicidad Femenina, de conectar con nuestro gran poder Ovárico Uterino, es de volver a sentarnos en tribu y conectar con la gran sabiduría ancestral sobre Cuidad, Salud e Higiene Femenina.